Para definir la podología, es una rama de la medicina que se encarga específicamente del diagnóstico y manejo de las afecciones del pie y tobillo. Esta es la especialización que toman los médicos en podiatría, también llamados podólogos. Un podólogo en ejercicio maneja varias afecciones que van desde callos hasta fracturas y cualquier cosa intermedia.
Los médicos que practican la podología pueden hacerlo solos o pueden ser miembros del equipo con un grupo médico. Hay podólogos que trabajan en conjunto con un grupo de médicos en otra especialidad médica relacionada. Por ejemplo, pueden trabajar junto con un cirujano especializado en ortopedia o dentro de un grupo de múltiples especialidades para tratar las necesidades de podología de los pacientes con diabetes.
En España, Han identificado las limitaciones con respecto a la medicina podiátrica. La mayoría de las prácticas limitan el tratamiento de podología a las enfermedades que involucran los pies y el tobillo, pero también existen aquellas que amplían el tratamiento a las cirugías y al tratamiento de las afecciones de las piernas. También existen prácticas que incluyen médicas, quirúrgicas o ambas.
Las afecciones relativamente menores generalmente se refieren a la consulta podiátrica, que incluye callos y callosidades. Estas afecciones se caracterizan por la piel gruesa y dura, que también puede estar escamosa y seca. El podólogo puede eliminar el exceso de tejido, especialmente si se detecta una ulceración persistente o la presencia de una infección. Los expertos podología en Madrid brindan educación y conciencia a los pacientes para que se eviten más lesiones en el tejido.
Los pacientes pueden consultar a un podólogo si están luchando contra una infección por hongos en las uñas o el pie de atleta, que son causados principalmente por una cepa similar de hongos. El manejo puede ser con medicamentos antimicóticos tópicos u orales, lo que puede llevar meses antes de que pueda eliminar por completo la afección.
Los juanetes son protuberancias óseas específicamente en la base de los dedos gordos, que son difíciles de manejar. Esta afección generalmente resulta en que el dedo gordo del pie va hacia adentro hasta el segundo dedo, que se puede llamar dedo en martillo o médicamente llamado hallux valgus. Los juanetes y el dedo en martillo resultante son afecciones que son extremadamente dolorosas y pueden necesitar el control de un podólogo. El tratamiento y el manejo pueden incluir cambio de calzado, inyecciones de corticosteroides, ejercicios y, en algunos casos, cirugía.
La fascitis plantar es otra afección que se puede tratar con una práctica de podología. Es una irritación e inflamación del tejido grueso que rodea el talón. Los síntomas pueden incluir dolor severo en el talón y el manejo puede incluir medicamentos antiinflamatorios, colocación de ortesis, fisioterapia y, en afecciones más graves, cirugía. El podólogo realizará una serie de pruebas para hacer un diagnóstico final y probará un enfoque de tratamiento múltiple para que el paciente se alivie de los síntomas.
Un proveedor de podología también puede evaluar las lesiones del pie o del tobillo. Algunas imágenes de diagnóstico ayudarán en el diagnóstico y la extensión de la lesión, de modo que se establezca un plan de tratamiento. El tratamiento puede incluir yeso o entablillado según el caso en cuestión.