Los primeros signos de envejecimiento suelen afectar primero a la cara, dando lugar a arrugas, pérdida de volumen, líneas de expresión y un aspecto flácido. Si ha pensado en mejorar su aspecto para conseguir una apariencia más joven, es posible que esté considerando un procedimiento quirúrgico como el popular lifting facial. Sin embargo, cada vez más personas se inclinan por la solución no quirúrgica para un tratamiento facial en medicina estética en Madrid. Antes de tomar una decisión, revise los pros y los contras de cada uno con los cirujanos.
¿Qué es un lifting facial líquido?
El estiramiento facial líquido en realidad no implica ninguna elevación quirúrgica. En su lugar, un estiramiento facial líquido implica rellenos inyectables como el Botox y rellenos dérmicos que se colocan estratégicamente en las áreas de la cara donde los signos de envejecimiento son más frecuentes. Estas zonas pueden incluir a veces las mejillas, los ojos, los labios y la barbilla, alisando eficazmente las arrugas y los pliegues. El procedimiento es atractivo para muchos porque no implica ninguna incisión, lo que significa mucho menos tiempo de inactividad y molestias. El único inconveniente de un lifting facial líquido es que los rellenos se descomponen de forma natural, lo que requiere sesiones de retoque en el futuro. Los resultados pueden durar entre 3 y 12 meses.
Botox: También conocido como neuromodulador, el Botox interrumpe la conexión del cuerpo con los músculos que se contraen y causan las arrugas. A su vez, esto evita que se formen nuevas arrugas y que las actuales se muestren y empeoren.
Rellenos dérmicos: Un relleno facial es un líquido inyectable que suele estar hecho de ácido hialurónico, un compuesto que se encuentra de forma natural en el interior del cuerpo humano y que se encarga de mantener la piel hidratada y sana. Cuando se inyecta en la piel, este tratamiento añade instantáneamente volumen donde su cara más lo necesita.
¿Qué es un lifting quirúrgico?
El lifting facial quirúrgico implica incisiones que se colocan cuidadosamente alrededor de las orejas y dentro de la línea del cabello. El tejido facial se levanta y se tensa, y se elimina el exceso de piel o la flacidez. El resultado es una mayor definición de las mejillas, la reducción de la flacidez en la parte media de la cara y la papada, y la suavización de las arrugas y líneas. Este procedimiento suele ser atractivo para los pacientes por sus resultados espectaculares y duraderos. Sin embargo, como cualquier otra cirugía, requiere anestesia y un periodo de recuperación. Dado que los resultados no son inmediatos, el lifting tradicional requerirá algo de paciencia antes de poder disfrutar de los resultados.
Decidir entre los dos
Cuando considere cualquiera de estos dos procedimientos, pregúntese la gravedad de sus signos de envejecimiento y si está preparado para una intervención quirúrgica que implicará tiempo de baja laboral y cuidados mientras se recupera. Si tiene líneas de expresión, arrugas y una leve pérdida de volumen, es probable que el lifting facial líquido le proporcione los resultados que desea.
También puede optar por el lifting facial líquido primero, encontrar los resultados que le gustan, y optar por un procedimiento quirúrgico en el futuro si sus signos de envejecimiento empeoran o se vuelven más difíciles de tratar sin cirugía.