En primer lugar, hay que decir que la medicación no funciona para todo el mundo, e incluso puede empeorar los trastornos de ansiedad en algunos casos. Sólo debe utilizarse si otros métodos no funcionan, y si la medicación te hace sentir peor, debes hablar con tu médico y dejar de tomarla. Ten en cuenta que sólo un médico o psiquiatra con experiencia puede decir si debes medicarte.
A continuación se indican algunos de los medicamentos más populares para la ansiedad:
Benzodiacepinas (tranquilizantes). Normalmente son para uso a corto plazo, y los ejemplos más populares de benzodiazepinas son el Xanax y el Valium. Estos fármacos proporcionan un alivio rápido para los ataques de pánico y la ansiedad, pero son muy adictivos. Ayudan a desactivar el sistema nervioso, lo que puede aliviar la ansiedad, pero suelen tener algunos efectos secundarios negativos. Estos pueden incluir la sensación de niebla y sueño.
Antidepresivos. Los antidepresivos suelen ser adecuados para su uso a largo plazo. El riesgo de dependencia y abuso es menor que en el caso de las benzodiacepinas, pero los antidepresivos no son una solución rápida, ya que pueden tardar entre seis y ocho semanas en hacer efecto. También tienen efectos secundarios negativos, que pueden ser demasiado debilitantes para algunas personas. Algunos ejemplos populares para el tratamiento de la ansiedad son el Prozac y el Paxil.
Betabloqueantes. Los betabloqueantes son tranquilizantes suaves que no surten efecto tan rápidamente como las benzodiacepinas, y tampoco afectan a la memoria y la coordinación del mismo modo. Tardan unas dos semanas en empezar a funcionar y no tienen el mismo efecto sedante que fármacos como el Xanax. El principal ejemplo de betabloqueante es el fármaco Buspirona, también conocido por la marca BuSpar, que es bastante nuevo y alivia la ansiedad aumentando la serotonina y disminuyendo la dopamina en el cerebro.