Normalmente, desde el momento en que nuestros hijos forman parte de nuestra vida, los protegemos del peligro y, de hecho, es nuestra responsabilidad mantenerlos a salvo. Sí, intentamos evitar que se caigan por las escaleras, que se lleven cosas peligrosas a la boca, que utilicen sustancias nocivas y muchas cosas más, y cuando se trata de la carretera, no hay diferencia.
Sí, también tenemos que protegerlos en este ámbito y algunas de las formas en que podemos protegerlos son:
Pasar por encima
Cuando salgan con sus bicicletas, monopatines, etc., lo mejor es recordarles que cuando estén en un paso de peatones, siempre deben bajarse y pasar por encima. Sí, no deben circular, etc., sobre un paso de peatones.
Cuando sigan esta regla, no sólo estarán obedeciendo una de las normas de circulación, sino que también se estarán protegiendo a sí mismos y a los demás de chocar.
Los cruces están ahí para ayudar a los peatones a pasar de un lado a otro de la carretera de forma segura, pero, por desgracia, es uno de los lugares en los que se producen muchos accidentes, es importante estar muy atento a las normas seguridad para el tráfico para que ocurran accidentes.
Aparcamiento
Sabemos que aunque los aparcamientos están ahí para los vehículos que no se mueven, en un momento dado se moverán y, a veces, incluso sin que lo sepamos. Por eso, si no tienen que utilizarlos, deben mantenerse fuera de ellos y si están en ellos, hay que animarles a que extremen las precauciones. No deben jugar en ellos ni caminar/correr entre ellos.
Mirar al conductor
También se les puede animar a que miren a la persona que está al volante, antes de salir a la vía de los vehículos. Los niños no suelen establecer contacto visual con los conductores, simplemente suponen que los ven y que tienen tiempo suficiente para llegar al otro lado con seguridad.
Lo mejor es que miren y hagan ver claramente sus intenciones antes de hacerlo.
No correr
Es posible que tengamos que seguir recordándoles esto y es que no corran al cruzar la carretera. Sí, algunos lo hacen y aunque correr puede darles la posibilidad de llegar más rápido al otro lado, esto no está garantizado.
No, la posibilidad de que tropiecen con un cordón suelto, o con cualquier otra cosa, aumenta. Por lo tanto, si se caen, es posible que los conductores no los vean con la suficiente rapidez para detenerse a una distancia segura.