El almacenamiento adecuado es el último detalle que conlleva todo el tiempo y el esfuerzo que supone hornear un pastel. La mayoría de los pasteles son delicados y, si no se almacenan adecuadamente, tienden a secarse o incluso empiezan a ponerse rancios de la noche a la mañana. El almacenamiento de pasteles a corto plazo no es tan complicado como el de largo plazo, que suele requerir envolver bien el pastel y congelarlo. Para que las sobras del pastel sigan sabiendo tan bien el segundo día como el primero, consérvelo en función de las necesidades de sus ingredientes más perecederos.
Estos son los pasos que debe seguir según los maestros pasteleros de PASTELERIA VILLAGARCIA.
Paso 1
Envuelve bien un pastel normal, sin escarchar, en una capa de plástico y guárdalo a temperatura ambiente durante un máximo de cinco días. El pastel debe estar completamente frío antes de envolverlo para evitar la dañina condensación.
Paso 2
Guarde a temperatura ambiente un pastel escarchado y relleno con ingredientes no perecederos, incluyendo el relleno de mermelada y el glaseado hecho con azúcar y aceite vegetal. Colócalo en un plato para tartas y cúbrelo con una cúpula lo suficientemente grande como para dejar libre el glaseado. Como alternativa, coloque el pastel emplatado dentro de un recipiente con tapa hermética que sea lo suficientemente grande como para que quepa el pastel sin tocarlo.
Paso 3
Coloque un pastel hecho con glaseado y relleno perecederos, como los que contienen huevos, productos lácteos y fruta fresca, en un plato de tarta abombado o en un recipiente hermético en el frigorífico. Los ingredientes perecederos son propensos a desarrollar moho cuando se dejan fuera. Una vez que el glaseado esté firme, cubra el pastel sin apretarlo con un envoltorio de plástico, vuelva a colocar la cúpula y guárdelo en el frigorífico durante toda la noche. Retire el plástico y deje que el pastel alcance la temperatura ambiente antes de servirlo, o será más frágil y menos sabroso.
Paso 4
Guarde la tarta glaseada con crema de mantequilla en un plato de tarta con cúpula o en un recipiente hermético en un entorno fresco o a temperatura ambiente durante un día como máximo. Si el pastel está en un ambiente cálido, refrigérelo en un plato abovedado hasta que el glaseado esté firme. A continuación, cúbralo sin apretar con un envoltorio de plástico, vuelva a taparlo y métalo en el frigorífico. El pastel se conservará hasta cinco días.
Paso 5
Envuelva la tarta de queso completamente fría en una doble capa de plástico y coloque la tarta envuelta en un plato en el frigorífico.
Paso 6
Guarde las tartas cubiertas con merengue en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante un máximo de tres días.
Consejo
Si no dispone de un plato para tartas abombado o de un recipiente lo suficientemente grande con tapa hermética, improvise colocando la tarta en un plato grande y cubriéndola con un bol invertido. Si el pastel está glaseado, el cuenco debe ser lo suficientemente grande como para dejar libres los lados y la parte superior del pastel.
Por lo general, los pasteles con menos mantequilla se secan más rápido que los que tienen más mantequilla. La mayoría de los pasteles se mantienen frescos bajo una cúpula durante unos tres días.