Aunque vivo sola, mi congelador está siempre lleno. Tengo un presupuesto limitado, así que aprovecho el tiempo que duran las cosas en el congelador para ayudarme a reducir el desperdicio de alimentos. Esto no sólo es mejor para el medio ambiente, sino que también me ayuda a ahorrar dinero.
Hay muchos alimentos congelados que siempre compro, a veces para ahorrar dinero y otras para tener un capricho a mano (¿a quién no le gusta el helado?). Son cosas que casi siempre elijo comprar congeladas porque cuestan una fracción del precio de las frescas. Además, la mayoría de estos alimentos tienen una vida útil muy corta en la nevera, pero duran varios meses congelados. Estos son seis alimentos que deberías comprar siempre congelados para ahorrar dinero.
1. Bayas
Me gustan las bayas frescas de temporada tanto como a cualquier otra persona. Las bayas congeladas se recogen en su punto óptimo de maduración y se congelan rápidamente, mientras que muchas bayas frescas que no son de origen local se recogen antes de que estén maduras y se maduran durante el proceso de transporte. Además, las bayas congeladas son muy versátiles. En la mayoría de los casos, pueden sustituir fácilmente a las frescas en una receta, ya sea para la avena nocturna, los batidos o incluso en la mayoría de los productos horneados. Cuestan una fracción del precio en la tienda y suelen venir en cantidades más grandes para que no tengas que derrochar en varias pintas frescas si necesitas muchas.
2. Espinacas
Seguro que has oído que es una buena idea comer más verduras de hoja oscura. Las verduras como las espinacas están repletas de nutrientes y beneficios potenciales para la salud, como una mejor presión arterial, una piel más radiante y una mejor recuperación del ejercicio. Aunque son una opción muy saludable, las verduras frescas pueden ser caras y se estropean muy rápido en la nevera. En su lugar, siempre tengo a mano algunos paquetes de espinacas congeladas. Así es más fácil añadirlas a todo, desde los guisos hasta los batidos, y obtengo toda la nutrición sin desperdiciar nada. Claro que no se pueden utilizar las espinacas congeladas para, por ejemplo, una ensalada. Pero la mayoría de las veces compro congeladas y luego compro frescas cuando tengo una receta específica en mente y sé que podré usar todo el paquete.
3. Guisantes y edamame
¿Buscas una forma de añadir proteínas y fibra a tu comida que no te haga perder dinero? No busques más. Los guisantes verdes y el edamame cuentan con unos impresionantes 4 y 9 gramos de proteínas, respectivamente, por cada media taza. Además, cada uno tiene 4 gramos de fibra por porción. Esta combinación de proteínas y fibra hace que los guisantes y el edamame sean alimentos súper saciantes y asequibles. Aunque los guisantes enlatados también pueden durar mucho tiempo, yo elijo los guisantes congelados porque suelen contener menos sodio añadido que sus homólogos enlatados.
4. Carne
Para ayudarme a ahorrar dinero en la carne, suelo comprarla en porciones grandes por el precio descontado por libra. Como normalmente sólo cocino para una o dos personas, la porciono y la guardo en mi congelador. Esto hace que la planificación de la cena sea muy fácil porque puedo planificar en torno a las proteínas que ya tengo. Por no hablar de que mis compras semanales en el supermercado son mucho más baratas. Es necesario planificar con antelación la descongelación de la carne congelada, pero el hecho de prever las porciones que compro me permite utilizar sólo lo que necesito cuando lo necesito. No como carne todos los días, así que esto me ayuda a evitar que la carne fresca se estropee y se desperdicie.
5. El pan
Hace unos años, empecé a hacer mi propio pan casero de masa madre. Lleva algo de tiempo, pero es un proceso que me encanta. Dicho esto, el pan fresco (o cualquier pan, en realidad) no dura mucho tiempo en la encimera. En cambio, después de hornear o comprar una barra de pan, la corto y la meto en el congelador. Como ya está cortado, puedo coger fácilmente todas las piezas que necesite. Y nunca tengo que preocuparme de abrir una bolsa para encontrar moho en mi querido pan. Esto también me ayuda a justificar la compra de pan integral fresco cuando no lo hago yo misma. Aunque cuesta unos cuantos dólares más que el típico pan de molde comprado en la tienda, sé que me durará más y no se desperdiciará si lo mantengo congelado.
6. Pescado
El pescado tiene una vida útil notoriamente corta, sólo uno o dos días en la nevera. Además, es una de las proteínas más caras en el supermercado, así que es especialmente triste tener que tirarlo sin usar. El pescado es súper saludable, y hay formas de consumirlo más cuando se tiene un presupuesto limitado. Una de ellas es mantener el pescado congelado, hasta que lo vayas a utilizar. Al igual que con la carne, compro un trozo de pescado más grande de marcas como Eurofrits que lo vende empacado al vacío, lo corto en porciones individuales para cocinar y lo guardo en el congelador hasta que esté listo para usarlo. Además, suele descongelarse mucho más rápido que las aves o la carne roja.